jueves, 22 de noviembre de 2012

Capítulo 27: Despedidas. Todos volvemos a nuestro hogar.


Amaneció y nos despertamos. David fue el primero en abrir los ojos. Salí de la habitación y me abrazó de par de mañana.
David: Buenos días, princesa.
María: Muy buenas, guapo.
Salimos a la terraza, pues hacía bueno. Mientras los demás, se iban levantando.
David: ¿Qué pasa con Elena?
María: ¿Juras no decir nada?
Asintió.
María: No se le ocurre otra cosa que contarnos anoche todo. Resulta que sus padres habían contratado piso y de todo en el extranjero y ella estaba así porque no verá a Álvaro.
David: A, ¿Álvaro?
María: Sí, a Álvaro. Siempre le ha gustado. Pero tú calla.
Salió en ese momento, a la terraza, Blas.
Blas: Buenos días chicos. ¿De qué hablabais?
David: Blasito, buenos días.
María: No hablábamos de nada.
Blas: Bueno, ¿y qué tal habéis dormido?
En ese instante salió Elena junto a Alba, Dani e Irene.
Elena: ¿Qué hacéis aquí?
David: Contemplar las vistas. Bonito, ¿eh?
Entre adentro de la casa. Álvaro y Carlos seguían dormidos.
María: Dormilones, arriba. Se hace tarde y tenemos que hacer muchas cositas hoy.
Álvaro: Cinco minutitos más.
Carlos ni abrir ojo. Álvaro terminó levantándose y fue a la cocina donde estaba Leticia.
María: Carlos, venga. Levanta.
Me senté en su colchón.
Carlos: Mm… Buenos días, guapa.
María: Buenas rubio. ¿Te levantas ya?
Se sentó también en el colchón y me dio dos besos.
Carlos: ¡Qué bien se duerme aquí!
Me reí. Empezaron a entrar los demás.
Dani: ¿Qué hay para desayunar?
Irene: Pues lo que quieras, aquí hay de todo.
Desayunamos. Mientras desayunábamos Elena se derrumbó.
Álvaro: Pero, ¿qué te pasa?
David me miró.
Elena: Es hora de decíroslo.
Y comenzó a explicarles todo. Que ese mismo día se iba.
Dani: Y, ¿nos lo dices ahora?
Elena: No encontré el momento para hacerlo.
Alba: ¿Pero cuándo vuelves?
Elena: De momento, en dos años.
Leti: ¡Joder!
Seguimos desayunando. Elena quería despedirse de Mirian antes de marcharse. Así que después de desayunar me fui con ella y con Blas y ver a Mirian. Me vestí, me arreglé un poquito y nos fuimos.
María: Si nos tenéis que decir algo, lo que sea, me llamáis.
Nos fuimos. Cogimos un autobús y en poco tiempo estuvimos en el hospital. Subimos a la habitación y Mirian estaba despierta.
Mirian: ¡Qué sorpresa!
Elena: Vengo a despedirme.
Mirian: ¿Qué?
Entonces Elena le contó todo.
Elena: En dos años, mínimo, vuelvo.
Mirian: Te echaré de menos.
Se despidieron.
María: Mirian, mañana hablamos, cuando te den el alta y todo, ¿vale?
A ella, al día siguiente le daban el alta, y yo tenía que volver a Sevilla. Nos fuimos hacia el apartamento. Llegamos y estaban todos. Carlos y David viendo la tele. Leticia y Alba hablando en el salón. Dani y Álvaro estaban con el portátil. Irene limpiaba un poco el apartamento.
Elena: Ya estamos aquí.
David: Me ha dicho Irene, que mañana te vas María.
María: Sí. Por la tarde cogeré un tren y camino Sevilla.
Dani: ¿No te puedes quedar un poquito más?
Irene: Le echa de menos, es lógico.
Leti: Yo el lunes vuelvo al pueblo.
Alba: Ostras, y yo. Empiezo las clases el miércoles.
Pasamos la mañana sin hablar prácticamente. Nadie tenía ánimo de nada. Llegó la hora de comer e Irene y yo nos pusimos a hacer una fuente de patatas fritas con filetes y ensalada. Comimos. Elena recibió una llamada.
Alba: Igual son tus padres.
Elena: No sé.
Llamó y sí, eran sus padres. Querían saber los horarios de los trenes para saber cual le venía mejor para llegar cuanto antes a su pueblo y así el lunes coger un vuelo al extranjero, así podría adaptarse mejor. Elena miró en Internet. Vio que el próximo tren salía en 1 hora de Atocha. Guardó lo que le quedaba por recoger.
Elena: Ha llegado la hora.
Álvaro: Te acompañamos a la estación, faltaría más.
Así hicimos. Fuimos los 10 a Atocha y cuando quedaban 10 minutos para que Elena subiese al tren, comenzaron los llantos.
Elena: Quería pediros perdón, sobre todo a ti, Dani. Sé que  me porté fatal con vosotros. Todo por esto, no sabía como decirlo, tal vez uno de mis defectos es tomarla con los demás por no contar las cosas. Perdonadme.
Dani la abrazó. Luego se despidió de los demás chicos, de Irene, Alba y Leti.
María: Cuídate mucho, ¿vale? Nos veremos por Skype, ¿no?
Elena: Claro que sí.
Me abrazó. Tubo que subir al tren y en escasos 3 minutos el tren se puso en marcha. Nos decía adiós con la mano. Mientras en tierra, nosotras no podíamos dejar de llorar.
Carlos: Va chicas, pronto va a volver y estaremos todos juntos. No estéis mal. Esta es nuestra última tarde los 9 juntos, debemos disfrutarla al máximo, ¿no creéis?
Leti: Llevas razón.
Alba: Y, ¿qué queréis hacer?
Hubo un espacio temporal de silencio. Al final optamos con pasar la tarde-noche en una discoteca. No nos lo pasamos mal, pero podríamos habernos divertido más. Los ánimos no estaban para mucha fiesta. Estaba sentada en un sillón hablando por WhatsApps con Sergio, cuando David se sentó a mi lado.
David: Guapa, ¿Cómo que no bailas?
María: No tengo ganas.
David: Pero, ¿por qué? Aprovecha que estamos todos y diviértete. Deja la tristeza a un lado.
María: Por una parte estoy triste, dejo mi ciudad, mis amigos, pero por otra estoy feliz, por el alta de Mirian y porque en nada veo a Sergio.
David: Ah, bueno. Es verdad, allá tienes a Sergio.
Me abrazó.
María: ¿Y esto?
David: Soy así. Me gusta demostrar el cariño y yo a ti te quiero mucho.
Nos quedamos hablando otro rato. Luego se sentó Carlos y Alba.
Carlos: ¿Tomamos algo?
Alba: Uff, sí. Tanto bailar me da mucha sed.
David: Yo no quiero nada, ¿tú María?
María: Tampoco, gracias.
Alba fue a la barra a por algo para tomar. Vino y se sentó. Estuvimos hablando y vinieron Blas y Álvaro. En la pista se quedaron Leti, Irene y Dani bailando. Seguimos hablando y cantando. Vi que me llamaban al móvil.
María: Ahora vuelvo, me llaman.
Carlos: ¿Te acompaño?
María: No hace falta. Pero si quieres vente.
Carlos me acompañó. Llamé a Sergio.
María: Sí, mañana le dan el alta a Mirian…Pues no sé, supongo que cogeré el tren por la tarde…¿Qué? ¿Qué me tienes que decir? … Ah, vale. Bueno, hablamos mañana por la mañana. Te quiero.
Colgué. Carlos me dijo que si sabía que le pasaba a Elena.
María: Jajaja. Sabía que venías por algo.
Carlos: No, enserio. Jajaja. ¿Qué le pasa?
María: Pues que va a echar de menos todo esto, y a todos.
Carlos: Ah.
Entramos. Estaban todos sentados.
Dani: Chicos, habíamos pensado ir a casa de Álvaro a cenar.
María: Por mí, perfecto.
Nos fuimos de la discoteca. Álvaro vivía en Alcalá, en una casa con jardín. Sus padres y su hermana se habían ido a una cena familiar, a la que Álvaro se había opuesto a ir.
Álvaro: Ya hemos llegado.
Alba: Uaú. Pedazo de casa.
Álvaro sonrió.
Álvaro: Va, pasad.
Entramos. Ayudamos a poner la mesa. Mientras Dani llamaba al Telepizza. Yo estaba un poco pensativa. Así que me senté en un banco, en el jardín de la casa. David vino y se sentó a mi lado.
David: ¿Qué te pasa?
María: Nada.
David: ¿Me lo prometes?
María: Prometer está feo. Además, para qué mentirte. Tengo muchas ganas de ver a Sergio pero os voy a echar mucho de menos, a Irene, a ti, a los chicos.
David: No seas tonta, en nada nos volvemos a ver.
Me abrazó. Salió Álvaro.
Álvaro: Y, para beber, ¿qué queréis?
María: Pues lo que haya.
Sonreí, y Álvaro me devolvió la sonrisa. Ahora entendía a Elena y sus razones de porqué le gustaba Álvaro. Este chico tenía una sonrisa preciosa. Y la sigue conservando. Entramos a cenar.
Alba: Nuestra última cena todos juntos.
Carlos: Eso lo dices tú. Volveremos a vernos antes de lo que os imagináis, además el tiempo pasa volando.
David se sentó a mi lado.
David: ¿Ves cómo también Carlos piensa igual? No te preocupes, estaremos juntos muy pronto.
Le sonreí. Seguimos cenando, hablando, hasta que se nos hizo tarde.
María: Bueno chicos, me voy ya para el apartamento. Mañana por la mañana llamaré a Mirian, y con lo que sepa os llamo, ¿vale?
Dani: No, no vale.
Blas: Vosotras os quedáis a dormir aquí.
Leticia: Y, ¿los padres de Álvaro?
Álvaro: Se han ido al pueblo de mis abuelos. Me han dicho que pasarán la noche allá, mañana para comer, vendrán.
Irene: Pero de verdad, nosotras nos vamos.
David: De eso nada.
Nos quedamos hasta muy tarde hablando, y los chicos sacaron colchones al jardín. Pronto amaneció. Nos levantamos todos muy prontito. Desayunamos y fuimos directos al hospital.
Enfermera: Tengo que daros una buena noticia. Mirian está ya de alta. Solo tendrá que hacerse una revisión en un mes y le podemos dar el alta absoluta.
Mirian salió de la habitación y nos abrazó.
Mirian: ¿Comemos juntos?
Nos reímos. Fuimos a comer a un “Rodilla”. Al terminar de comer llamé a Sergio.
María: Sergio, Mirian ya está de alta. Esta tarde voy para allá. Te quiero muchísimo.
Colgué. Mirian quería hablar, pero yo debía irme.
María: Voy a ir a comprar el billete a Atocha.
Carlos: Te acompañamos.
Fuimos a Atocha, me compré el billete y luego fuimos al apartamento. Los chicos, Irene, Alba, Leticia y Mirian se quedaron hablando en el salón. Mientras yo terminaba de hacer mi maleta. Terminé de hacerla y todos estaban muy serios.
Blas: ¿A qué hora sale el tren?
María: A las siete.
Eran las cinco y media.
Irene: Dejad de estar mustios. Es verdad que en poco tiempo dejaremos de vernos por una temporada. Pero, joder, ni que estuviésemos en la Prehistoria, existe Internet, redes sociales, skype,…
Dani: Pues llevas razón.
Me puse a llorar.
Carlos: Eh, bonita, no nos llores.
Me abrazó. Parece que me contuve un poco. Pronto dieron las seis y cuarto. Tenía que irme. Me acompañaron a la estación. Quedaban tal solo 15 minutos.
Irene: ¿Has cogido todo?
María: Sí.
Mirian: Pff, yo no quiero que te vayas.
David: Ni yo. Te echaré muchísimo de menos.
Me abracé a él, y comencé, de nuevo, a llorar. Carlos y Álvaro se unieron al abrazo.
Álvaro: Pronto nos vemos, guapa. Te prometo que pronto nos volvemos a ver.
Al fin y al cabo, por muy madura que pareciese, o quisiera parecer, seguía siendo una cría de 16 años.
Leticia: Va, chicos, que me vais a hacer llorar, y no quiero.
Megafonía: Pasajeros, suban al tren.
Me abrazaron más fuerte.
Carlos: No te vayas.
Irene: María, preciosa, llámame cuando llegues.
Subí al tren, mientras seguía llorando y les saludaba. Ellos desde tierra también. Ya quedaba menos para volverles a ver.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Capítulo 26: Unos cuantos Sing-It’s y alguna que otra bronca.


María: Bueno, chicos. ¿Qué queréis hacer? Aún son las 11.
Elena: Tía, el otro día compré el Sing It. Pero el Pro.
María: Ah, pues venid al apartamento, y nos echamos unos, ¿Queréis?
Blas: Por mí, genial.
Carlos: No problemo.
Todos nos reímos de la expresión de Carlos y su espontaneidad.
Alba: Pues vamos.
Nos fuimos. Llegamos al apartamento muy pronto.
María: Hay un problema, solo uno. Irene está arriba, durmiendo.
Elena: Se le despierta.
Blas: Probecilla.
Elena: Ya habrá dormido 3 o 4 horas, y querrá jugar.
Llegamos al apartamento. Los chicos se quedaron en el salón, montando la PS3. Yo entré en la habitación. Irene estaba con el móvil.
María: ¿Tía qué haces?
Irene: Whatsapp’s
María: ¿Pero has dormido algo?
Irene: Sí, me he despertado hace media hora.
María: Es que han venido los chicos, Alba y Leticia para echar unos sing it’s. ¿Te apuntas?
Irene: Claro. Pero no salgas todavía, que me voy a poner un short al menos.
Irene estaba con un pijama. Se cambió y salimos.
Dani: ¡Hombre Irene!
Irene: Hola a todos.
Elena: Bueno, a ver, esto se puede hacer por parejas, que ahora sí que dan justas, o por individual. Lo que queráis.
María: Pues echamos dos. Uno por parejas y otro individual, ¿no?
David: Por mí, perfecto.
Carlos: Y por mí, también.
Álvaro: Entonces, ¿primero en individual o por parejas?
Alba: Lo que queráis. A mí me da igual.
Leti: A mí también, pero vamos a ir haciéndolas desde ahora, ¿no?
Blas: Venga. ¿Quién con quién?
Dani: A coger papelitos, como en Alcázar.
Nos quedamos mirándole con cara extraña. Entonces cogió un papel que había encima de la mesa y escribió nuestros nombres, cortó papelitos.
Dani: Va, María, tú misma. Coge un papelito de cada lado.
En un lado estaban los nombres de los chicos, y en el otro el de las chicas.
María: Blas y … Alba.
Dani: Pues ahora, tú, Alba, coge dos papeles, uno de cada lado.
Alba: Elena y… Dani.
Elena: Joer, que suerte la mía.
Irene: Tía no empieces.
Dani: Déjala. Ella sabrá.
Elena: No es que tengo una suerte. Puf.
María: Pero, a ver, ¿me he perdido yo aquí algo? ¿Qué te pasa con Dani, Elena? Que yo sepa, nunca te ha hecho nada.
Carlos: Que no le traga. Eso pasa.
María: Ya, pero, ¿por qué?
Elena: Cosas mías.
Leti: Pues así, no van a ir las cosas bien.
Dani: Bueno, seguimos. Irene, coge dos papelitos, por favor.
Irene: A ver, a ver… María, y … Carlos.
Carlos: Bien.
Sonrió. Dani seguía sujetando los dos saquitos con los papelitos, solo quedaban por salir Irene, Leti, Álvaro y David.
Dani: ¿Quién quiere coger ahora?
Leti: Yo misma. Mm… Irene y… David.
David: Pues ya sabes, tú con Álvaro. ¡PAREJAS HECHAS!
Álvaro: Vale. Genial. ¿Ahora cantamos en individual?
Elena: Que sí, tío. Estáis pesados.
María: Empezamos. A ver a quien le toca.
Elena estaba muy borde, sin saber porqué. No nos decía que le pasaba ni nada. Entonces fue cuando intervine para quitarle hierro al asunto.
Irene: Pues el destino nos depara que la primera en cantar sea Leticia. Tú puedes, guapa.
El orden de cantante era al azar, al igual que la canción.
Leticia: Que suerte la mía. Jaja. No vale que luego me vengáis reclamando que tenéis algún trauma, ¿vale?
Álvaro: Guarda la voz, que luego en los dúos hay que darlo todo, ¿eh guapa?
Todos nos reímos. Le tocó “Someone like you” de Adele.
Leti: Genial. Adoro esta canción pero yo no llego tan alto.
María: Bah, no te preocupes. Haz lo que puedas, guapa.
Todos: Leti, Leti, Leti.
Empezó a cantar. Al terminar le aplaudimos. Consiguió una puntuación de 6’7 de 10.
Leti: Pff, el mal trago ya se ha pasado. Venga, a ver quién canta ahora.
Carlos: Ualá, te toca Danielito.
Alba se echó una carcajada, no sé si por la expresión de Carlos, o por la cara de Dani. A Dani le tocó cantar “Otro amor vendrá” de Lara Fabián.
Dani: Venga, ¿estáis preparado para escuchar una voz angelical?
Y guiñó un ojo. Elena iba a saltar e Irene la tranquilizó.         Dani cantó y consiguió un 8’6.
Alba: Anda, me toca.
Le tocó una canción de Bustamante à”El aire que me das”
Alba: No había oído esta canción en mi vida. A ver que sale de aquí.
Cantó bien la canción y consiguió 7’2 puntos.
Irene: David, tu turno.
David: Vamos a ello.
Cantó una de Rihanna. Sacó 8 puntos.
David: Ale María, ten, te toca.
María: A ver que tal se nos da la cosa.
Me tocó “Stronger” de Kelly Clarkson.
María: What’s doesn’t kill you makes you stronger…(8)
Terminé de cantar. Conseguí 8’5 puntos.
María: ¡Qué nervios, madre mía!
Álvaro: Anda, anda, blanda.
María: Oye…
Carlos: ¡ME TOCA!
Cantaron todos los demás, y nos quedaba otra ronda más. Cantamos en el mismo orden y a mí me tocó “Vive la vida” de Gusanito, uno de estos temas pegadizos de verano que luego no triunfan.
Irene: Bueno, ¿hacemos ya los dúos?
Blas: Perfect.
Alba: Veamos a quienes les toca primero.
Álvaro: Já, chicos, Dani, Elena os toca.
Elena: Já, ¿te hará mucha gracia, no?
Irene: Tía, Elena, no sé qué te pasa, pero estas muy borde.
María: Eh, ¿pero te ha pasado algo?
Elena: No.
Irene: O te tranquilizas o aquí termina la historia. Estamos para divertirnos, no para discutir. ¿Entendido?
Elena: Bien, vale.
Dani: ¿Quieres cantar conmigo o no?
Elena: Que remedio.
Dani: Eh, que esto no es ninguna obligación, chata.
Elena: Que bien, venga. Dale ya, o qué.
María: Elena enserio. Cálmate un poquito. Disfruta, sé feliz.
Cantaron. Elena lo que quiso. Dani cantó bien.
Dani: Para esto mejor que no hayas cantado.
Elena: Nadie canta tan bien como tú. Así que no seas tan soberbio.
Dani: No es cantar bien, sino cantar la canción, no lo que te apetezca.
Elena: Venga que sí, tío. Que paso.
Alba: Chicos, ya. Enserio. A la siguiente ronda se cambia y punto, ¿vale?
Elena: Mejor, porque para que se vaya haciendo el chulo.
María: Elena, ya, enserio. Él no se ha hecho el chulo.
Elena: Eso, tú defiéndele.
Leti: Venga, a ver a quien le toca ahora.
Álvaro: Blas, Alba…os toca.
Cantaron Blas y Alba. Luego Irene y David. Y después fue el turno de Álvaro y Leticia. Al terminar nos tocó a Carlos y a mí.
Carlos: Nena, ¿estás preparada para darlo todo?
Sonreí. Cantamos una canción muy bonita, pero Carlos cantaba muchísimo mejor que yo. Terminamos la ronda. Tocaba la segunda.
Elena: Todo perfecto. Como todos cantáis genial, os sabéis todas las canciones y todo, y yo no, me voy a dormir, que me duele la cabeza. Hasta mañana.
Se fue. Irene fue detrás.
Dani: ¿Se puede saber lo que le pasa a esta chica?
Álvaro: Enserio, ¿está bien? María, ¿sabes lo que le pasa?
María: No tengo ni idea. Estoy extrañadísima por cómo reacciona.
David: ¡Vaya chavala!
Irene salió de la habitación. Entré yo. Le pregunté qué era lo que le pasaba. Me comentó que su madre le había pagado ya el viaje, el apartamento y el instituto en el extranjero. El curso empezaba en menos de un mes y ella estaba así porque me contó que le gustaba mucho Álvaro y no podría estar sin verle.
María: Pero por eso no puedes estar enfadada con el mundo. Ve y habla con Álvaro.
Elena: ¿Estás loca? ¿Cómo voy a hablar con él? De eso nada. Y tú calladita, ¿eh?
María: Sí, sí.
Me pidió que me fuera. Iba a empezar a hacer la maleta. Al día siguiente saldría el tren hacía dónde vivían sus padres y de allí cogería un vuelo a Londres. Salí de la habitación. Irene me miró.
Irene: Vaya panorama, ¿eh? Y nos lo dice hoy.
María: Ya ves. Pero su reacción tampoco tendría que haber sido esta.
Alba: Pero, ¿qué pasa?
Irene: Nada, nada.
Álvaro: No, contadlo, ¿qué ha pasado?
María: Pasa que t…
Irene me cortó.
Irene: Pasa que tiene mucho sueño. Eso pasa.
Dani. Seguro…
Estuvimos hablando todos, sin contar nada de Elena. Se hizo tarde e hicimos los sofás cama. Los chicos dormirían en el salón; Elena, Irene y yo en la habitación principal; y Alba y Leti, en la de invitados.