Fuimos a un McDonald’s del centro. Pedimos
y no tardaron nada en servirnos, aunque había bastante gente.
Blas: Han dicho que pasado mañana le dan el
alta a Mirian, ¿no?
Alba: No, el domingo.
María: Si le dan el alta, me voy a Sevilla.
No aguanto más sin verle.
Dani: Enamorada de la vida.
Empezamos a comer. Hablamos de todo un poco.
Terminamos de comer.
Irene: ¿A dónde vamos?
Leti: A donde queráis.
María: A mí, me da igual.
Carlos: ¿Queréis que vayamos al cine?
Irene: Sí, buena idea.
María: Pero yo antes, me iré a cambiar a
casa y a dejar la bolsa y todo.
David: Si quieres te acompaño.
María: Vale.
Álvaro: Nosotros vamos yendo a Príncipe
Pío. Si eso, cogemos la peli de las 18:00h. para que os de tiempo a venir.
David: Genial. Ahora venimos.
Los chicos se fueron directos a la parada
del autobús. David y yo, a por el coche suyo.
María: Elena, espera. Dame las llaves, que
yo no las tengo.
Elena se acercó y me las dio.
David: Bueno tú me indicas por dónde vamos.
María: Perfecto. Gracias.
David: De nada, guapa.
Le dije donde estaba el apartamento.
Llegamos muy pronto.
David: Bueno, cuando termines, bajas.
María: No seas tonto, sube, anda.
David: Pero que de verdad, no pasa nada. Me
quedo aquí.
María: No te dejo que te quedes aquí. Sube.
Al final David subió. Le ofrecí beber y
comer algo, pero no quiso. Luego puso la televisión. Yo, mientras, me vestía.
Me puse un vestido, blanco y la parte del vuelo, abajo, floreado. Muy bonito.
Luego, unas cuñas, preciosas, que me había regalado Sergio. Me fui al baño a
adecentarme. Me peiné mejor y me maquillé un poquito. Cuando terminé llamé a Sergio.
Sergio: Preciosa mía, ¿qué tal todo?
María: Todo bien. He venido al apartamento
a cambiarme y ahora iremos al cine. Que hemos quedado con los chicos estos que
te dije que habían conocido y son majísimos.
Sergio: Disfruta.
María: Gracias, y ¿tú qué? ¿Qué tal el día?
Sergio: Agotador, nos han machacado en el
entrenamiento, me pasaré la tarde viendo la tele.
María: Genial. Luego, cuando termine la
peli y venga al apartamento te llamo, ¿va?
Sergio: Vale. Te amo.
María: Yo más.
Salí del baño. David seguía recostado en el
sofá. Eran las 16:45h. Llamamos a los chicos pero nadie contestaba. Iban a
coger el metro y demás y por eso no tenían cobertura. No sabíamos dónde estaban
así que decidimos quedarnos a ver un poco la tele.
David: Qué guapa.
María: Gracias. ¿Quieres beber algo?
David: No, gracias.
María: ¿Y comer?
David: Tampoco. Anda, siéntate y vemos un
rato la tele, a ver si ven estos las perdidas y nos llaman o algo.
María: Vale.
Estuvimos viendo un documental de animales
salvajes.
David: Cuando era pequeño, mis padres me
compraron un perro. Le torturaba, porque yo quería un león.
Me reí. Seguimos viendo el documental. Se
nos pasó el rato muy rápido. Eran las 17:15h.
María: ¿Y si llamo a Irene? Ya habrán
llegado.
David: Te incomodo, ¿verdad?
María: Para nada. Estoy muy a gusto
contigo. Pero habíamos quedado en ir al cine.
David: Lo sé. ¿A quién quieres que llame?
María: Tranquilo. Llamo yo a Irene, si no
contesta, llama a Carlos, o a Dani.
Llamé a Irene. Ya estaban allá, nos habían
comprado las entradas y estaban en el McDonald’s comiéndose un McFlurry.
Bajamos y me monté adelante del coche. Llegamos pronto. Aparcamos en la calle.
Entramos rápido, porque eran las 17:50h.
David: Llegamos seguro.
María: Sí, lo que no sé es dónde nos
estarán esperando.
David: Vamos rápido. Así llegamos aún
antes.
María: Va. ¿Echamos una carrera?
David: Venga.
María: Pero no vale. Yo llevo zapatos y me
voy a matar.
Nos reímos.
David: Bueno, pues te dejo distancia.
Entramos. Estaban todos en la entrada de
los cines esperándonos. Vimos la peli, al terminar la película estuvimos en las
tiendas de P.P. y luego cenamos en un restaurante del Centro Comercial. Era
tarde. Las 22:30h. cuando Elena y yo nos despedimos de los demás. Habíamos
quedado en llamarnos para pasarnos al día siguiente al hospital, todos juntos. Llegamos
a casa, agotadas. Encendimos la televisión, nos pusimos los pijamas y yo llamé
a Sergio. El teléfono aparecía apagado. Le mandé un whatsapp.
Texto de WhatsApp:
Sergio, supongo que estarás durmiendo.
Acabamos de llegar del cine, de shopping y de cenar. Me iré a dormir en nada.
¿Mañana tienes entrenamiento o partido? ¿A qué hora? Es para llamarte. Bueno…supongo
que mañana, viernes, nos dirán cómo va la evolución de Mirian. Así que, ya te
contaré. El domingo, si le dan el alta, compraré los billetes para ir para
allá, que te echo muchísimo de menos. Te amo.
Se lo envié.
Elena: ¿Qué tal vas con este chico?
María: Bastante bien. Es un encanto.
Vimos un programa que echaban en la tele. Nos
fuimos a la cama muy pronto.
María: Tía, me estoy muriendo de sueño. Me
voy a dormir.
Elena: Vale. Yo también me voy. Los
programas a estas horas son una porquería.
María: Sí. Hasta mañana.
Me fui a la habitación que ocupaba yo,
cuando vivía con Mirian. Elena fue al cuarto de invitados. Se me olvidó apagar
el móvil. Me dormí muy pronto. A las 5 de la mañana me sonó la BlackBerry, una
notificación de Whatsapp o SMS.
Texto de WhatsApp, de Sergio:
Cariño. Tengo entrenamiento mañana. Pasado,
el sábado, tengo partido contra el Valencia, aquí, en Sevilla. Me acabo de
despertar por dolor de cabeza. Me he echado en la cama cuando he venido de
entrenar. Pero parece que me he pillado un buen catarro. Te echo de menos,
princesa. Te amo.
No podía dormirme sin contestarle. Pero se
me cerraban los ojos. Le mandé un WhatsApp, sin saber bien qué le contestaba.
Texto de WhatsApp:
Muchísima suerte para el sábado. Ya siento
no estar ahí, cuidándote. Espero que te recuperes. Tómate un frenadol o un
espidifen y vuelve a dormir. Recupera fuerzas. Te quiero.
Me contestó al instante.
Texto de WhatsApp, de Sergio:
¿Estás despierta? ¿A las 5 de la mañana? J
Texto de WhatsApp, de María:
Sí, se me olvidó apagar el móvil, y como lo
tengo en alto, me ha despertado. Bueno, recupérate. Mañana te llamo.
No tardó nada en responder.
Texto de WhatsApp, de Sergio:
Jobar, ya lo siento, bonita. Vuelve a
dormir, que yo me voy a tomar ya algo, a ver si se me pasa el dolor. No te preocupes,
mañana te llamo yo, cuando termine de entrenar. Te quiero. Descansa.
Le contesté, casi dormida.
Texto de WhatsApp:
No pasa nada. Vale, tómate algo y duerme,
te vendrá bien. Mañana hablamos. Te quiero.
Apagué el móvil y me dormí.