martes, 13 de septiembre de 2011

Capítulo 12: ¡Sorpresa!

Llegamos al apartamento y Sergio me vendó los ojos con una cinta morada. Me llevó hasta la habitación.
Sergio: Ya puedes quitarte la cinta.
María: Que preciosidad, ¿es para mí?
Sergio: Claro. Pero debes prometerme algo. Solo lo puedes usar conmigo.
María: ¿Con quién si no?
Sergio me había regalado un conjunto íntimo, es decir un sostén precioso, con un tanga muy sexy y un camisón impresionante.
María: Hoy lo estreno, ¿vale?
Sergio: Muero por verte con ese conjunto, tienes que estar espectacular.
María: Te quiero.
Sergio: ¿Vamos a dar una vuelta por ahí?
María: De acuerdo. 
Salimos del apartamento y me llevó al centro comercial. Entramos en una tienda de ropa. Oí mi nombre.
Sergio: María, te llaman.
María: Yo también he oído mi nombre.
Alguien se acercó.
X: María, ¿no sabes quien soy?
María: Cariño, claro que sí. 
Era Patricia la amiga que hice por internet y que tantos ánimos me había dado.
María: Sergio, ella es Patri una buena amiga mía.
Sergio: Encantado.
Patricia: Un placer. Eres futbolista, ¿no?
Sergio: Así es, del Sevilla.
María: ¿Cómo has sabido que era yo?
Patricia: Imposible equivocarse con otra chica. Eres única.
María: Te quiero bonita.
Nos abrazamos. Por fin habíamos podido conocernos.
Patricia: ¿Has venido de vacaciones?
María: Que va. Me quedo a vivir aquí. Con Sergio.
Patricia: Que suerte. 
La llamaron al teléfono.
Patrcia: Hola, sí ya voy, un beso, te quiero.
María: ¿A dónde vas?
Patricia: He quedado con Álvaro, él también es futbolista, es un jugador del Real Madrid Castilla.
Sergio: ¿Álvaro Morata?
Patrcia: Sí. Bueno me voy. Luego te llamo, ¿vale María?
María: Vale. 
Patricia se fue y nosotros nos fuimos a dar un paseo por Sevilla.
María: Qué calor hace.
Sergio: Y contigo al lado, más todavía.
María: Te quiero, ¿lo sabías?
Sergio: Me quedó claro cuando dejaste todo para venirte aquí. Es lo más bonito que nadie hará por mí jamás. Te amo.
María: Es lo menos que podía hacer. Tú fuiste el que me hiciste sentir como una princesa.
Me besó apasionadamente. Luego, fuimos a comer.
María: Sergio, ¿vamos a comer fuera?
Sergio: Sí, ¿tú no quieres?
María: Claro que sí, pero antes debo ir al apartamento a cambiarme de ropa, con esta me estoy asando.
Sergio: Te acompaño. 
Me cambié, me puse un short's con una cami nueva y unas cuñas preciosas.
Sergio: Estás preciosa.
María: Gracias. Te quiero. 
Sergio: Te voy a llevar al mejor restaurante de toda Sevilla.
Fuimos al restaurante. Cuando terminamos de comer me comentó que eran las fiestas de un pueblo cercano.
Sergio: Cielo, ahora son las fiestas de  Gelves, si quieres vamos a dar una vuelta.
María: De acuerdo.
Fuimos a la estación de autobuses, y nos subimos al bus que hacía la ruta por toda la provincia. Al llegar al pueblo me quedé impresionada. Todas las mujeres iban vestidas con trajes regionales y los mozos iban muy elegantes.
María: Esto es increíble. Me encanta.
Dimos una vuelta por el pueblo, y en la plaza había concurso de sevillanas.
Sergio: ¿Tú sabes bailarlas?
María: Más o menos. 
Sabía los pasos principales, pues mi tía en las navidades me enseñaba a bailar este baile. 
Sergio: Pues vamos a apuntarnos.





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