sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 30: Charla con Paqui.


El mensaje decía:
“No quiero que estés mal ni que llores por un estúpido. No sabes lo que darían otros por tenerte. Ya me contó Leticia todo. Bueno todo, todo lo poco que les contaste. Pero sé que es suficiente. Ese chaval no valora lo que ha tenido. Pero ya se dará cuenta. Así que alegra la cara, que una princesa no debe llorar.”
Patricia se levantó.
Patricia: ¿Qué tal está la reina de España?
Sonreí.
María: Corre, ve a Madrid y pregúntale.
Nos reímos. Ese privado me había hecho sentir muy bien.
Patricia: Por lo que veo estás mejor.
María: Así es.
Patricia: ¿Sabes que pienso?
María: Dime.
Patricia: Oí como Sergio te gritaba. Si él no tuviese delito, no se hubiera puesto así. Él habrá hecho algo mal, y quiere exculparse echando la pelota a tu tejado.
María: Te doy la razón, pero te voy a decir algo. A mí lo que haga él, no me importa para nada. Él sabrá lo que hace y con quién. Hoy es un nuevo día, y lo de ayer es pasado. Toca pasar página y empezar una nueva vida.
Recibí una llamada. No conocía el número pero contesté.
María: Sí, ¿quién es?...Hola Paqui.
Me eché a llorar.
Paqui: Estoy en Sevilla capital. Sergio me ha contado que habéis discutido, pero pienso que esto no puede terminar así. Se nota que estás muy pillada por él.
María: Sí, pero, no sé. Creo que me oculta algo.
Paqui: Escucha, quedamos esta tarde y hablamos tú y yo. ¿Te parece?
María: Perfecto. Un besazo.
Paqui: Un besito, preciosa.
Colgué.
Patricia: ¿Paqui? ¿La madre de Sergio?
María: Sí, me ha llamado, que quiere que hablemos ella y yo.
Patricia: ¿Y qué vas a hacer?
María: Esto no puede terminar tan mal. Somos jóvenes, broncas de estas se tienen.
Patricia: Y tú sigues queriendo a Sergio.
María: Así es.
Patricia: ¿Te doy un consejo?
María: Dime.
Patricia: Deja de estar pillada por él. Esto ha podido ser un romance de verano, como me pasó a mí con Álvaro Morata. Fue un tonteo efímero. Apenas duró tres semanas.
María: ¿Y ahora qué?
Patricia: Ahora somos amigos, y como si nada. Yo también tuve mi primera vez con él.
Seguimos hablando. Me abrió bastante los ojos. Lo que tenía con Sergio podía ser un amor de verano, de unas semanas, que luego solo termina en una amistad. Comimos y pronto llegó la hora que había quedado con Paqui.
Patricia: ¿Quieres que te acompañe?
María: Lo que quieras.
Patricia: Voy contigo y me quedo por ahí dando unas vueltas, ¿quieres?
María: Vale.
Terminamos de arreglarnos, y nos fuimos. Cuando llegamos, Paqui ya estaba ahí.
Paqui: Preciosa.
La abracé. Patricia no se acercó. Fue a dar una vuelta.
Paqui: ¿Tomamos algo?
Fuimos a una terraza.
Paqui: Bueno, igual piensas que me meto donde no me llaman, pero es que yo te cogí mucho cariño, te veo buena chica, y Sergio me contó que habíais discutido y que tú te habías ido del apartamento.
María: Así es.
Paqui: ¿Y tú crees que Sergio no te es fiel?
María: Sí. Porque cuando he subido al apartamento esta mañana había ropa de mujer, que en un principio he pensado que era de Miriam, pero después no.
Paqui: Yo te voy a ser sincera. Porque no quiero que sufras, y si has de hacerlo, cuanto antes y con menos engaños mejor. Cuando tú te fuiste a Madrid, Sergio se quedó muy triste. Y por la noche salió con un amigo. Me contó que había conocido a una chica. Arancha, Arancha se llama. Es medio año mayor que él. El caso es que Arancha acababa de romper con el mozo. Y Sergio que estaba también deprimidillo, pues empezaron a hablar. Yo más no sé, pero puedes imaginarte que terminarían en casa de ella durmiendo. Porque al apartamento no fueron. No creo que Sergio se enamorase en una noche de Lara. El caso es que Arancha le envía mensajes muy comprometidos. Sergio la llama a veces, otras es ella quien le llama. Y quedar, creo que quedan, como amigos. Sabes que Sergio es muy cariñoso y tal vez por eso puede que hayas pensado que te engaña.
María: Por todo se empieza.
Paqui: Sí, pero si no te hubieses ido, no se hubiese empezado nada.
María: Prefiero haber roto esto, a que le pasase algo a mi amiga y no estar presente. No me lo perdonaría en la vida.
Paqui: Ya. Yo no digo nada, solo que no pienses lo que no es.
María: Y, si fuese así, Sergio no se hubiese puesto, como se puso. Algo oculta, Paqui.
Paqui: Yo eso aún no lo sé. Pero, escucha, si yo me entero de algo, yo te lo cuento. Esta noche hablaré con él. Y tranquila que no le diré que hoy nos hemos visto.
María: Gracias, de verdad.
Paqui: No me las has de dar. Para eso estamos.
María: Una última cosa. ¿Tú crees que lo que hemos tenido Sergio y yo, puede ser un amor de verano? De estos que en dos semanas se olvidan y terminan en amigos.
Paqui: Seguiré siendo sincera. Y no lo sé. A Sergio le gusta mucho tontear y los rolletes de dos noches, pero creo que por ti se coló. Si termináis como amigos, es lo mejor que os puede pasar, hazme caso.
María: De verdad, miles de gracias.
Me abrazó y decidimos irnos. Fui donde estaba Patricia y le conté todo. La verdad es que aclararme no me había aclarado mucho, pero sí había conseguido tranquilizarme bastante. Fuimos a casa, me duché, cenamos y me fui a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario